Estaba lleno de heridas, de esas que aparecen por el más profundo desgaste de la esperanza, esperanza que se escapaba de ese vacío que se hallaba en su corazón.
Soñaba con que le agitasen y rompiesen, pues quería salir de esa prisión de sueño. Y al mismo tiempo, se temía que nunca encontraría esa salida, de nuevo.
Cuando viajaba entre sus vacios, se preguntaba si sería tan difícil encontrar la salida como arrancar un árbol con las manos. Fue entonces cuando recordó que sólo bastaba rodear un árbol e insultarlo para que al cabo de los pocos días, terminase muriendo. Estaba perdido.
Poco a poco, la rabia le fue consumiendo, hasta que perdió totalmente el control de su cuerpo. Esa misma rabia fue la que le abrió las puertas hacia la salida. Lamentablemente, apareció desaparecido.
Fuera de control.
Encontró la salida, sí, justo antes de saltar directo al vacío. Así fue como se encarceló en su sueño eterno, es decir, su prisión eterna.
La rabia lleva al lado oscuro, nos lo dijo Yoda. Y fuera bromas, hay que evitar estar tan al rojo, eso a la larga nos consume, nos frustra y nos vuelve unos gruñones insoportables. Palabra de zorrito.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, es un sentimiento que solo consigue que nos alejemos de ser la persona que en realidad queremos ser :)
ResponderEliminarun placer leerte y conocerte
ResponderEliminarIgualmente! :)
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