martes, 31 de mayo de 2016

Nadie como tú

Me fastidia, me amarga, que mi corazón no vuelque con nadie como lo hizo contigo. Ese nerviosismo que te rodea y recorre tu columna suavemente, como pequeñas cosquillas y caricias que te hacen temblar durante unos instantes.

¿Qué le voy a hacer? Sigues alejado y tan cerca al mismo tiempo.

Todos mis esfuerzos por sacarte de mi cabeza resultan inútiles, y solo hacen que me acuerde aún más de ti.

Oh respira por favor, respira

Y ni se te ocurra tocarme, ni se te ocurra. Un pequeño roce de tu mano con la mía... no me hagas vivir esto. 
Y ni se te ocurra hablarme. Cómo cuando nos reíamos porque cambiabas de voz según la persona. No pongas esa voz conmigo, sólo conmigo
Y ni se te ocurra mirarme y después apartar la mirada rápidamente como si yo no me hubiese enterado.

Tú prefieres estar fuera; siempre lo has preferido. Eres indiferente a todas las situaciones. Pero yo SÉ cómo eres, aunque lo niegues. Pero... ¿sabes qué? Ese ser termina aplastado por quien quieres ser en realidad.
Para ti nunca existió eso que tuvimos... o al menos, eso que yo creí que era mutuo. Para ti solo fue un pequeño subidón, un chute de droga, entrar en mundos alucinógenos y mágicos, pasar el rato... 

Pero para mí... volcaste mi jodido MUNDO. Lo pusiste boca abajo, hice cosas que nunca pensé que haría. ¿Y para qué? ¿Dime para qué? Dime, POR FAVOR, que no fui usada.

Y por favor, no me des esperanzas. No me cuentes cosas que solo TÚ sabes de MÍ, cosas que nadie más sabe. ¿Por qué no me lo contaste cuando yo te esperaba?

Termina con esto, libérame.

Mírame a los ojos, y dime que NO ME QUIERES.

domingo, 29 de mayo de 2016

Querida vida:

Así es como muestro mi pasión

Quizás me atrapes. Agárrame fuerte, venga.
Empújame, golpéame, destrózame.
Pero yo AVANZO.

No puedes parar mi barco, así que deja la tormenta a un lado, o no.

Tus caricias son como pequeñas patadas en mi estómago, tus golpes como música. Eres más interesante cuando me haces sufrir, qué gracioso que siempre sea así. Y parece que sólo uno tiene importancia cuando te toca introducirte tu querida pegajosa armonía.

Cántame tus rimas, grítame tus letras, tócame tus notas.

Esa canción pegadiza, que no puedes parar de escuchar, y mucho menos de silbar... y la verdad es que termina siendo adictivo, como la droga que nadie puede dejar y a la que todos tienen miedo en confiar. ¿No te divierte lo suficiente que seas una cuenta atrás?

Cierro los ojos, respiro y sonrío. Te estoy esperando, aquí estaré.
Baila conmigo, salta, abrázame, muéveme, cógeme... Hasta que me SUELTES.

Pero caeré sonriendo.

Mírame.

¿Qué vas a hacer?

Yo AVANZO.

sábado, 28 de mayo de 2016

Algo que nunca leerá

Sentía que me faltaba el aire; que me rodeaba, que me presionaba, pero que no me llenaba. Lo único que podía hacer era ver como te marchabas mientras se distorsionaba mi imagen de ti. Lo peor es que yo creía en ti... en realidad no. Sabía que me harías daño, pero me hacías. Entraba en un limbo donde el tiempo ya no importaba, donde solo estábamos tú y yo.

Aún me cuesta bajar la mirada cuando no soporto mirarte demasiado a los ojos. 

Cómo duele tu dolor hacia ELLA, tu pérdida del habla al verla, esa pequeña alteración que sientes.
Cómo duele que yo nunca te haya podido olvidar, y si lo he conseguido por un momento, se iba a la mierda cuando intentaba buscarte con la mirada.

¿Dónde está? Me basta con una mirada amable, como si nada hubiese pasado. 

Sólo me quedaba sustituir tus dedos con el agua ardiente de la ducha. Que me quemase, que me dejase marca, tal y como hiciste tú. Vivirlo una y otra vez. Necesitaba sentirte. Hiéreme, tócame, llévame hasta la luna y no me dejes bajar. 

Qué masoquista, ¿NO? Y es que si no es dolor, se me ha olvidado cómo sentir, cómo sentirte. Y es que... el dolor termina siendo como un orgasmo que me pone la piel de gallina.

Algunas veces el sol me acaricia, y la lluvia me hace temblar. Pequeñas cosas que me hacen tener algo parecido a tenerte cerca. Que me tiemble la voz y que se me olvide interpretar lo que estás diciendo.

Que me sonrieras era como un abrazo cálido. Que me hablases de tus cosas, mientras yo te miraba e intentaba decir algo inteligente... 

Bésame.

Quémame.

Y es que aunque te note lejos, pequeñas cosas me acercan a ti, hasta que DESPIERTO.